
El Sindicato Médico Málaga (SMM) quiere hacerse eco de la grave e inaplazable situación de “violencia laboral” que viven una veintena de médicos en el Hospital Clínico de la capital. Según un escrito al que ha tenido acceso la práctica totalidad del servicio de Oftalmología firmó al principio del verano (5 de junio) un documento dirigido al responsable de la Gestión de Riesgos Laborales en los que se enumeraban las cuestiones por la que estaban trabajando en un clima afectado de “estrés” “sensación de violencia laboral” y “desgaste profesional”. Situación que no aguantan más y que se une a la incertidumbre por el probable traslado al Hospital Marítimo de Torremolinos (del servicio).
En el mismo referían que eran víctimas de una “sobrecarga habitual” unida a importantes irregularidades ergonómicas en los espacios de trabajo, en el ambiente de los mismos y de los equipos que usan. Por un lado denuncia la falta de espacio, “con algomeraciones de usuarios y personal entremezclados”. Ello produce, según el mismo escrito, “un ambiente caos, ruido y comportamientos agresivos del usuario, escasa ventilación e iluminación defectuosa”.
A ello le unen “la falta de mantenimiento del mobiliario, presencia de cables sueltos, equipos intrumentales defectuosos, insuficientes, obsoletos e incluso inexistentes”. Todo ello, declaran, “llevan al personal a un agotamiento y a una fatiga desmotivamente y con difícil control de las emociones propias y su relación con el usuario”, lo que, terminan, es “un riesgo para su salud y la del usuario”.
Por todo ello, el SMM quiere dirigirse a los responsables del Servicio Andaluz de Salud en Sevilla para pedir más recursos humanos en este área, con la que rebajar el estrés laboral, así como que se haga algo de calado para mejorar sus condiciones físicas de trabajo, que al final incluyen como sabemos determinantemente en su motivación.
El SMM recuerda que esta no es una situación aislada dentro del SAS en Málaga donde la mayoría de centros de salud y hospitales están trabajando durante todo el año y especialmente durante el verano bajo mínimos, cuando es en estas fechas cuando se cuadriplica la población en Málaga y las Urgencias ‘estallan’ por el volumen de trabajo y en consecuencia indirecta por los casos violentos que se dan en las esperas, a los que no se le quiere poner freno desde la gestión política del SAS, ni con más seguridad, ni con más personal.