La Playa de Cantarriján, enmarcada en el Paraje Natural de los acantilados de
Maro-Cerro Gordo, entre las Provincias de Málaga y de Granada, una de las primeras
playas pioneras en el nudismo, es uno de esos puntos de la costa granadina míticos en el
ideario del naturismo español, siendo un nexo importante entre los nudistas de todas partes del país y del resto de Europa.
La ley española no prohíbe la práctica del nudismo en ninguna de las playas del país, pero el uso, la costumbre y las diferentes reglamentaciones municipales han limitado el naturismo a puntos señalados de la costa que, como no podía ser de otra manera, también incluye a la Playa de Cantarriján, reconocida de manera oficial como naturista.
La gran atracción para los bañistas que supone éste enclave, por la belleza de sus paisajes y por sus aguas cristalinas, han mermado la salvaguardia de la playa y del paraje
natural que, recordemos, es zona protegida tanto terrestre como marítima.
Además, el nudismo ha llegado a ser en ocasiones algo anecdótico durante los
meses de verano, donde miles de turistas acuden a ésta playa sin conocer que en ella se
practica el nudismo, por lo que en ocasiones se crea cierto malestar por parte de los
“textiles”, que acuden a ella y que luego, al ver que hay “gente desnuda”, reclaman el
dinero que cuesta subir y bajar en el microbús que, La Junta de Andalucía y el
Ayuntamiento de Almuñécar, disponen en la época estival. Y, por supuesto, también el
malestar y la incomodidad que sufren los nudistas, que en ocasiones se ven intimidados por los comentarios y el asombro de los bañistas “textiles”, reacios a compartir la playa con
personas desnudas.
Con éstas premisas, a finales de 2017, nace la Asociación de Amigos de la Playa
Nudista de Cantarriján, para volver a disfrutar del nudismo, promocionarlo y fomentarlo, y
lograr que Cantarriján vuelva a ser lo que antaño fue: un referente del turismo nudista en el Sur de Andalucía.