Ni las ganas, ni la moral, ni la ilusión, ni mucho menos la realidad del momento han ayudado en la mañana del domingo al Vélez para poder arañar algo positivo en el feudo del Atlético Malagueño, líder del grupo IX y máximo aspirante a estar la próxima temporada en Segunda B.
El choque tuvo de todo, porque el Vélez, a pesar de las diferencias, plantó cara de inicio a los locales, que no las tuvieron todas de cara para hacerse con el dominio del partido. Eso llegó con el paso de los minutos, confirmado con los dos tantos del filial del Málaga en la primera mitad. El primero, en el 36’, obra de Harper. El dos a cero llegó cinco minutos después, obra de Sergio Chica, que en el 41’ sentenciaba un partido con poca historia.
En la segunda mitad, el Vélez no dejó de intentarlo, pero sin suerte. Las ocasiones siguieron llegando para los axárquicos, pero eran los blanquiazules quienes hacían de su efectividad el tercer tanto del choque, obra de Altamirano en el 64’.
Fue lo último destacable, ya que la recta final del partido fue en contra de los veleños, que vieron como se lesionaba Zule y era expulsado del banquillo el técnico Lucas Cazorla. Fue la guinda de un choque que no fue por los derroteros esperados y que hacen al Vélez volver a su realidad tras vaias jornadas sin perder.
