La confianza es el peor enemigo posible. Más en el fútbol, donde nunca hay que subestimar a un rival por muy mal que le vayan las cosas. Ocurre a la prensa, que a veces nos fijamos más en los números que en la batalla a librar y luego, pues pasan estas cosas. Porque nadie diría a priori que el Club Deportivo Rincón iba a caer en Melilla ante el colista, que hasta la fecha había sumado apenas seis puntos en lo que llevamos de campeonato.
El fútbol es así. Tras una primera parte muy plana, con ocasiones para ambos, llegó una segunda mitad en la que los rinconeros quisieron cerrar el partido. Totalmente volcados en el campo del Melistar, los locales aprovechaban cualquier ocasión para dar muestras de su velocidad y pillar a contrapíe a los de Bravo. Y así llegó el único gol del partido. Un robo que pilló despistada la zaga axárquica sirvió para que Bilal Amar perforara la red de Cuenca y transformara el uno a cero en el 68′.
Un jarro de agua fría y totalmente inesperado para un equipo que este próximo domingo se mide en el Francisco Romero al Centro de Deportes El Palo.