Empiezo a domarte un poco
manejo mejor tus riendas,
para vestir con decencia
el sentir que a mi alma lleva.
Sé que es mucho lo que queda
aprender no tiene fin,
pero empiezo a estar contento
de como aprendo a escribir.
La mente estaba atrofiada
y de mí os avergonzábais,
porque os cubría de harapos
tan solo donde llegaba.
La mente va mejorando
y hoy, sentimientos míos,
empezáis a estar decentes
para agradar al gentío.
Empiezo a encontrar la voz
que acalle tanto barullo,
que estáis armando en mis sienes
para salir del refugio.