El municipio de Iznate celebra uno de los Domingos de Resurrección más peculiares de la provincia. Si bien, éste es el principal día para los cristianos y el cierre de la Semana Santa en muchos de los municipios donde son tradición las procesiones, en esta localidad axárquica, hace 70 años que llevan a cabo este representación en la que participan algunos vecinos del pueblo.
El ritual que se instauró en 1947 comienza a las doce de la mañana tras la misa en la iglesia de San Gregorio VII. Desde su interior, salen los doce apóstoles – encabezados por San Pedro y seguido de San Juan – encarnados por doce vecinos del pueblo que llevan máscaras y ropajes a la usanza hebrea de la época (sandalias, túnicas y mantolines). Tras ellos, marcha la Virgen de los Dolores – talla del siglo XVIII atribuida a Asencio de la Cerda – en procesión con el rostro cubierto por un velo en señal de duelo. El cortejo recorre las calles del pueblo hasta llegar a la ermita del cementerio donde tiene lugar la representación.
Esta se produce en un lugar que denominan “el huerto” – acondicionado con hojas de álamo y palmera – que es donde se encontraría el sepulcro de Jesús. Entran en él, y es San Pedro quien con “gestos, espavientos, señas y mímica” explica que no está el Cuerpo hasta tres veces. El resto de apóstoles lo miran asombrados, y es a la cuarta cuando dice que lo ha encontrado lanzándose cohetes y salvas.
“Y la imagen que hayan es la de un niño. Esta representación se remontan a hace 70 años. La imagen del Cristo Resucitado que teníamos en la iglesia se había perdido, y el párroco de entonces decidió recuperar la festividad y tomó la imagen de un niño”, ha explicado Remedio Cabello, concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Iznate.
Una vez encontrado el Cristo Resucitado, entran en “el huerto” el resto de apóstoles que se arrodillan y vuelven a salir en procesión con la banda de música. Una niña se acerca al trono y le retira a la Virgen de los Dolores el velo del rostro “porque ya se ha acabado el luto”.
“Es una fiesta diferente a la que se puede encontrar en otros pueblos donde se procesiona el trono de un Cristo Resucitado. Nosotros, hacemos una representación de lo que fue ese momento evangélico en la que participan los vecinos, que además tiene la peculiaridad que se encarna en un niño. Es una tradición con mucho sabor y con el encanto de recorrer las calles de este pueblo que tienen mucho por mostrar”, ha expresado el alcalde, Gregorio Campos quien ha afirmado que “son muchas los visitantes que llegan a Iznate para conocer esta fiesta tan singular”. “Os invito a conocerla porque merece la pena descubrir nuevas tradiciones, son muchas las que hay en la provincia que deben ser mostradas”, ha añadido.
Tras la conclusión del acto religioso, comienza el pagano en el que el Ayuntamiento organiza una verbena con música, paella popular y cerveza gratuita. Durante la misma se elige al “Miss y Mister Visitante”.