
Los casinos, ese lugar donde cada día, cada hora, cada minuto, el único objetivo es mover dinero. El dinero va y viene de unas manos a otras, de unos clientes a otros, de los clientes al propio casino. Porque hay gente que gana mucho y otros que pierden mucho, pero lo cierto es que el que juega en casa, o sea la banca, es el que tiene, como en todo negocio, la obligación de ganar y generar beneficio, y para ello todo cuenta.
El diseño de los casinos es un factor de vital importancia. Muchos pueden pensar que con su decoración se busca simplemente que el lugar sea más agradable o más vistoso estéticamente. Nada más lejos de la realidad. Hasta el más mínimo detalle tiene sentido y el objetivo de captar la atención del cliente de tal forma que éste se vea incitado a apostar y jugar. Existen miles de trucos de los casinos en este sentido y para despertar esas sensaciones en todos los tipos de clientes. Puesto que a estos lugares acuden desde gente acostumbrada a apostar y que desembolsan y apuestan importantes cantidades de dinero regularmente, hasta individuos que no han apostado ni un euro en su vida. Todos ellos son público potencial, por lo que ningún detalle puede dejarse al azar y el diseño del casino debe tener en cuenta a todo el espectro de posibles clientes.
El casino deberá esforzarse por atraer con su diseño a todos los segmentos de clientes. Absolutamente todo cuenta. Línea de visión que se tiene desde los taburetes de las máquinas de azar, los espacios en los que se tiende a aglomerar la clientela, el sonido ambiente, el olor del ambientador, etc.
Basándose en estudios que concluyen en algunas actitudes de los clientes, como que las mujeres necesitan un espacio donde no hay demasiado púbico para apostar, se elaboran rutas de recorrido para los clientes de tal forma que la mesa de póker o la ruleta estén en la mejor posición posible.
En definitiva, el que pensará que el diseño de un casino era cuestión de azar o simplemente de buen gusto, estaba equivocado. En los casinos todo cuenta, hasta el diseño.