No le valía otra cosa. Al Vélez Club de Fútbol sólo le interesaba ganar en Villacarrillo y esperar. Sobre todo porque el encuentro, a pesar de ser contra el penúltimo, tenía mucho en contra. Y es que aparte del rival, las bajas mermaban la expedición veleña de cara a un encuentro crucial.
Y se ganó. Pero no con poco sufrimiento. Porque a los de Lucas Cazorla les falta la confianza de comienzos de campaña; ese trabajo de los entrenamientos debe seguir reflejándose sobre el césped, pero es complicado. Nada es lo mismo durante la semana, lo que provoca una situación difícil que hacen del Vélez un equipo con mucha calidad pero de bajos resultados.
Nada cambió en Villacarrillo, aunque bien es cierto que la calidad decantó la balanza. Hoy sí estuvieron los que se esperan; hablamos de los pesos pesados. Porque marcaron Zule y Guerra, que vuelven para mantener vivo al Vélez.
Así las cosas, el choque se resolvió en los primeros cuarenta y cinco minutos. Un inicio titubeante, con ocasiones muy tímidas y el golpe del gol. Un uno a cero que firmó Zule y que llegó en el 29’. Pero la cosa no iba a terminar ahí. Porque antes del descanso, habría tiempo para que en el 44’ empataran los locales y para que en el 45’ hiciera Emilio Guerra el definitivo jno a dos con el que se cerraba el marcador.
Quedaba toda la segunda parte, pero no habría más goles. Y eso que las ocasiones se sucedieron, pero no Zule, ni Joselillo fueron capaces de aprovechar lo más claro que tuvo el conjunto axárquico en todo el segundo tiempo. Pero daba igual. El marcador, aunque corto, se traducía en tres puntos para el necesitado casillero de los pupilos de Lucas Cazorla.
Ahora toca disfrutar y descansar, ya que la liga no regresa hasta el próximo 17 de diciembre con el encuentro en el Vivar Téllez ante el Atlético Mancha Real.