Derbi malagueño, recta final de la temporada y dos viejos conocidos sobre la cancha. Alicientes de uno de los partidos de la jornada que no defraudó, puesto que a pesar de la derrota, el Club Baloncesto Vélez estuvo siempre dando la cara y murió ahogado en la orilla.
Fue quizá el mal inicio lo que condenaría a los pupilos de Javi Florido, que tardaron en adaptarse a la cancha de Ciudad Jardín y lo terminaron pagando. Fuera del envite durante los primeros compases, eran los de Manolo Povea quienes salieron de forma descarada a por el premio. Parecía que los malagueños iban a finiquitar pronto el encuentro, cerrando el primer cuarto con un amplio 19-8.
Pero todo cambió en el segundo período. Con la medida bien tomada a su rival, fueron los veleños quienes mandaron en los siguientes diez minutos. Con un amplio porcentaje de acierto, parecía un conjunto distinto, plantando cara y venciendo en el parcial de cuarto 19-23. Al descanso, ajustado 33-31 y todo por decidir.
En la reanudación y tras el descanso, volvimos a ver la peor versión de los veleños, que tropezaron en la misma piedra del cuarto inicial. Medac, que aprovechó la pájara, terminó sentenciando el encuentro con otro parcial amplio (20-13) para cerrar estos diez minutos con un claro 53-44.
De cara al último cuarto, de nuevo fueron los de Florido quienes pusieron más carne en el asador. Decididos a ir a por el partido, dominaron y metieron el miedo en el cuerpo a los aficionados locales, que vieron al mejor Vélez, nuevamente, sobre el parquet de Ciudad Jardín. Pero el arreón no fue suficiente, pesando más lo ocurrido en el inicio del partido y también en el tercer cuarto, lo que terminó condenando a los axárquicos con el marcador final de 74-67.