El Vélez Club de Fútbol se ha empeñado en acabar la temporada como un grande y está en esas. Su empeño y resultados están al fina una y a día de hoy puede sacar pecho porque ha logrado ordenar un rompecabezas que está haciendo lo importante, ganar.
Mucho tiene que ver Carlos Fernández Tello en esa empresa, la del silencio, la del trabajo y la de poner a cada uno en su sitio, algo poco fácil en el ilustre pero desagradecido mundo del fútbol.
En lo deportivo, el choque bien valió la entrada. Estuvo a la altura de estos históricos derbis malagueños; más para el aficionado local, que salió con la sonrisa como si le hubiera tocado el jamón de la rifa. Lo importante se ha logrado.
El partido comenzaba bien arriba, con sendas ocasiones para uno y otro conjunto que acabaron con un Vélez volcado y la sorpresa, porque frente al Antequera lo fue, del uno a cero. Lo lograba el defensor Rafa Navarro, que hacía buena la subida para poner adelante a los veleños.
Los de Tello llevaron el partido a su sitio y estuvieron por momentos cómodos. Un plantel que estrenaba ataque, con un Miguel Escobedo muy activo. Pero poco dura la alegría en casa del pobre. En el 27′, el ex del Vélez, Juanjo, hacía el empate. Sobrevolaron, entonces, los viejos fantasmas. Pero esta vez estarían en favor de los de la Axarquía.
Y tanto a favor, que en el 29′ llegaría el definitivo dos a uno. Lo hacía Joselinho, que de un golazo levantaba el Vivar Téllez y acababa de un plumazo con las aspiraciones de los blanquiverdes.
Con victoria se llegaba al descanso de un partido que servía para ilusionar al respetable y terminar de confirmar el buen momento del equipo.
En la segunda parte y a pesar de las ocasiones, el marcador ya no se movería. No hizo falta. El Vélez daba el golpe de la jornada, ponía al Antequera a tres puntos y acariciaba la zona de ascenso. Queda mucha liga y este equipo tiene mucho que decir. O al menos es lo que parece.